Hemos estado estudiando lo que Pablo escribió en Romanos 8 acerca de la humanidad que está perdida en sus pecados. Pero aquí Pablo da a conocer que a pesar de nuestro estado pecaminoso, Dios nos ama tanto que nos ofrece la salvación como obsequio – a un precio totalmente pagado por Él.
Si nosotros por fe invitamos a Jesucristo a vivir en nosotros, Él entrará y Su Espíritu morará en nosotros desde allí en adelante. Su presencia nos asegura que somos salvos. No hay amenaza de condenación sobre nosotros. Estamos a salvo.
Pablo describe esta verdad en Romanos 8:29-30, "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó."
Si nosotros por fe invitamos a Jesucristo a vivir en nosotros, Él entrará y Su Espíritu morará en nosotros desde allí en adelante. Su presencia nos asegura que somos salvos. No hay amenaza de condenación sobre nosotros. Estamos a salvo.
Pablo describe esta verdad en Romanos 8:29-30, "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó."
El hecho que Dios nos conoce desde el comienzo, no sólo implica que Dios lo sabe todo de antemano, sino que también lo predestina. Los que han sido predestinados lo son para experimentar una meta o resultado específico: Ser conformados a la semejanza de Jesucristo. Este es el proceso de la santificación que viene después de la salvación. Aquellos que son así predestinados, son entonces llamados. Este llamamiento no es un llamado que quizás pueda sea rechazado.
Cuando nosotros predicamos el evangelio acostumbramos extender un llamado o extender una invitación. Los que escuchan este llamado tienen la opción de recibirlo o de rechazarlo. Pero el llamado al que Pablo se refiere aquí es un llamado eficaz. Tendrá como resultado una respuesta positiva de la persona que ha sido llamada. Digo este porque Pablo deja bien en claro que los que son llamados de esta manera son también justificados.
La única manera en que podemos ser justificados ante Dios es de responder positivamente a las buenas noticias que Jesucristo ha abierto la puerta para nuestra salvación eterna. Este es el proceso y el resultado de ser salvos por el amor y la gracia de Dios. http://consejobiblico.com/index.htm
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